SOS EHS, Todos somos electrosensibles.

29/10/2012

En este post me gustaría presentaros un video documental muy interesante. El documental se llama “SOS EHS. Todos somos electrosensibles”. Es un documental de Alish para TimeForTruth en el que entre otros, se entrevista a mi gran amigo Carlos Requejo, domoterapeuta con el que ya he colaborado en varios proyectos, el último en la determinación de las medidas a adoptar en el proyecto para la construcción de la Biblioteca Pública Municipal y Centro Socio-cultural en Jávea, en el que no sólo se pretendía realizar un edificio sostenible y eficiente energéticamente, sino obviamente también biosaludable, es decir, construido con materiales y técnicas no perjudiciales para el ser humano. En este documental se habla de la EHS, también conocida como la “Electro Hiper Sensibilidad”. Según Alberto Cela, la electrosensibilidad forma parte de las nuevas enfermedades surgidas en el seno de las sociedades desarrolladas. Se trata de una enfermedad provocada por la exposición a campos electromagnéticos. Ser eléctricamente sensible significa poseer un conjunto de síntomas (dolor de cabeza, cansancio crónico, dificultad para dormir...) que se activan o se intensifican al encontrarse cerca de aparatos eléctricos, transformadores, antenas de telefonía móvil y/u otras fuentes de radiaciones. Sin embargo, la persona afectada no aparenta tener problema alguno mientras no se exponga a los campos eléctricos. Ésta enfermedad afecta sobretodo a personas con el sistema inmunitario debilitado, o en fase de desarrollo (ancianos, enfermos, niños…), y aunque no es mortal directamente, puede degenerar en graves enfermedades.

Las personas que padecen hipersensibilidad a los campos electromagnéticos ven mermada enormemente su calidad de vida no sólo por sus síntomas físicos sino también por los profundos cambios emocionales que suele llevar aparejados. Actualmente los focos más recurrentes de contaminación radioeléctrica son las antenas de telefonía móvil, a la par que los teléfonos inalámbricos y los routers WIFI instalados en el interior de las viviendas. Todos ellos emiten microondas de manera permanente (24 horas, 365 días) en los lugares donde se instalan. Los teléfonos móviles, a diferencia de los anteriores, sólo nos pueden exponer a niveles de emisión altos durante el establecimiento de las llamadas y el tiempo de duración de la conversación. En bajas frecuencias, las radiaciones no ionizantes con mayor riesgo potencial provienen de los centros de transformación, las subestaciones y los cables eléctricos de media/alta tensión, tanto aéreos como soterrados, o los que pasan pegados a las fachadas de los edificios a la altura de los primeros pisos. Si las líneas eléctricas no se apantallan con materiales de alta permeabilidad magnética (y casi nunca se hace debido a su elevado coste) o se alejan una distancia prudencial de las viviendas, se corre el riesgo de estar expuestos a niveles de campos magnéticos elevados. En ocasiones, vemos como personas que siempre han gozado de un buen estado de salud pueden llegar a enfermar por fuentes generadoras de campos electromagnéticos tales como aparatos eléctricos (radio-reloj, cadena de música, etc.) que se encuentren muy cerca de la cama. De igual forma, podremos ver que un niño que sufre de nerviosismo, insomnio y dolores de cabeza, es capaz de dormir y estar calmado, después de corregir los problemas existentes con el cableado eléctrico de las paredes de su dormitorio. Los efectos de las radiaciones son acumulativos y se pueden ver agravados si además tenemos nuestra cama situada encima de una corriente de agua subterránea, una falla geológica o un cruce de líneas de la red de Hartmann-Curry (anomalías en el campo magnético terrestre). A veces tienen que pasar años hasta que aparece alguno de los síntomas mencionados. En los casos antes citados, al alejar las fuentes que producían campos electromagnéticos, al corregir el cableado eléctrico que pasa entre las paredes o al cambiar de habitación, se devolvió la salud o produjo mejoras sustanciales en la salud. ¿Eran estas personas eléctricamente sensibles? Si las fuentes generadoras de radiación no hubieran sido identificadas y no se hubiera reducido su exposición, estas personas podrían haber llegado a desarrollar una intolerancia a los campos electromagnéticos más severa y permanente.

La electrohipersensibilidad (EHS) puede convertirse en el eslabón perdido que explique patologías tan dispares como la fatiga crónica, fibromialgia, enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer, depresión, Alzheimer, Parkinson, enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide, enfermedad de Chron, psoriasis, esclerosis múltiple), diabetes y muchos otros problemas de salud. Actualmente no se dispone aún de ningún tratamiento médico específico para la hipersensibilidad electromagnética al no conocerse totalmente las bases fisiopatológicas de este síndrome. El método más efectivo para mejorar la calidad de vida de los afectados consiste en evitar o reducir al máximo la exposición a cada fuente de radiación electromagnética. Para ello en Singular Studio realizamos estudios geopatológicos previos sobre el terreno, donde examinamos detalladamente los lugares donde luego se diseñaran los espacios del edificio. También realizamos nuestros edificios teniendo en cuenta la reducción de campos electromagnéticos en tanto al diseño de nuestras instalaciones, en especial la instalación eléctrica y de telecomunicaciones, para lo cual cabe examinar exhaustivamente las fuentes de radiación en los entornos domésticos y laborales a lo que podemos quedar expuestos, como por ejemplo campos eléctricos y magnéticos, radiofrecuencias, microondas, electricidad estática, geopatías, radiactividad, etc., y todo esto pasa por un buen diseño de las instalaciones desde el proyecto de construcción del edificio.

Otras recomendaciones podrían ser por ejemplo: - Sustituir los teléfonos inalámbricos de sobremesa por otros con el distintivo ecológico, ya que éstos no emiten radiaciones más que cuando se utilizan, y los otros continuamente. - Limitar el uso del teléfono móvil. - Sustituir las redes WiFi por cables (ethernet), o en su caso, enchufar el WIFI solo cuando vaya a ser utilizado. - Cambiar los antiguos monitores para ordenador de tubo de rayos catódicos por pantallas planas (LED o LCD/TFT). - Sustituir aparatos eléctricos que utilicen transformadores, ya que éstos emiten campos magnéticos muy intensos. Los tubos fluorescentes también, así como las bombillas de bajo consumo cuando están a poca distancia de nuestro cuerpo. Conviene sustituirlos por diodos LED, que además de un reducido consumo, prácticamente no emiten radiaciones. - Ventilar el interior de las viviendas al menos 15 minutos cada día y/o instalar aparatos generadores de iones negativos para mejorar la calidad del aire y reducir la carga electroestática. En nuestras manos está, y nos va la salud en ello, ya que mientras no se legisle en nuestro país a favor de la reducción de este tipo de emisiones, y por tanto, no nos encontremos tan expuestos a las mismas, deberemos de evitarlas por nosotros mismos, ya que además, la legislación en España es de las más permisivas al respecto… véase sino, países como Rusia, con un valor de exposición máximo permitido de 24 milivatios por m2, Suiza 40, China 66 o ¡España con 4500! Incluso dentro de España, se han tomado diferentes referencias de medición, ya que siendo el gobierno español quien permite niveles de emisión exterior máximo de 61 V/m, en Cataluña se admiten como máximo 27 V/m o en Castilla la Mancha 0,6 V/m, siguiendo las recomendaciones de la Resolución 1815/2011 del Consejo Europeo, quien insta a reducir estas emisiones exteriores a 0,2 V/m a medio plazo, aunque la Organización Mundial de la Salud dice que emisiones mayores de 0,04 V/m pueden ser perjudiciales. En fin, os dejo con el documental, espero que os sirva de ayuda. http://youtu.be/ZdRqXEKdle8

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